Introversión o extroversión

dos formas no tan distintas de estar en el mundo

En el mundo profesional persiste la idea de que para tener éxito hay que ser extrovertido: destacar, estar en el centro, hablar alto y ocupar espacio. Se valora la visibilidad constante, la presencia en todos lados, la rapidez para responder y la facilidad para socializar.

Pero…

¿Y si eso no resonara contigo?

¿Y si no te faltara nada, sino que simplemente funcionas distinto?

¿Y si tu fuerza no estuviera en el volumen, sino en la profundidad?

Una dicotomía que condiciona sin que nos demos cuenta

La dicotomía entre introversión y extroversión no es nueva, pero sigue viva en cómo interpretamos a los demás y, a nosotros mismas.

  • Los extrovertidos suelen ser vistos como líderes naturales, carismáticos y proactivos.

  • Los introvertidos, como personas profundas y reflexivas… pero muchas veces invisibles.

Esta etiqueta empieza muy temprano: “Es tímida”, “es muy callado”, “ella no es de grupo”. Y más adelante, se convierte en una variable oculta que condiciona cómo somos percibidos en entornos laborales.

A veces, además, se confunde ser introvertida con ser tímida, distante o incluso desinteresada. Pero no es lo mismo. La introversión no es inseguridad. No es falta de ideas. Y definitivamente, no es falta de interés.

Como leí en una frase que explica muy bien esa sensación:

“No estoy callada porque no tenga nada que decir… estoy callada porque estoy pensando.”

El problema es que hay poca información, y esta mirada binaria ha calado hondo en la educación, en la cultura… y, sobre todo, en el mundo del trabajo.

El sesgo profesional: si no estás, no existes

Vivimos en un mundo diseñado para extrovertidos. Un sistema que premia lo visible. Que valora al que toma la palabra, al que habla más —y más rápido—, al que se hace notar.

En muchas organizaciones, estar visible se confunde con aportar valor.

Las reuniones se llenan de ruido, no necesariamente de ideas profundas. Los "cafecitos" informales no son solo espacios para conectar: muchas veces se convierten en una estrategia de supervivencia.

Y quienes prefieren observar, pensar, trabajar en silencio o contribuir desde otro lugar, suelen quedar fuera del radar.

En mi opinión, el problema no es ser extrovertido. El problema surge cuando solo ese estilo es premiado.

En este sentido, este sesgo es peligroso, porque cuando diseñamos organizaciones que valoran más el 'ruido' que la 'reflexión', dejamos fuera a una gran cantidad de talento, sensibilidad y profundidad por el simple hecho de expresarse de otra forma.

El resultado: forzar lo que no somos

Muchas personas introvertidas terminan poniéndose máscaras: hablan aunque no quieran, se fuerzan a socializar y en definitiva, a impostar una versión de sí mismos para intentar encajar. 

Mientras tanto, muchas personas extrovertidas quedan atrapadas en dinámicas hiperactivas sin espacio para el silencio o la pausa.

Cuando priorizamos solo un estilo, moldeamos culturas incompletas.

Introversión y extroversión: ¿de qué estamos hablando en realidad?

En términos psicológicos, la diferencia entre introversión y extroversión no tiene que ver con cuán sociable eres, sino con cómo recargas tu energía. Aquí te dejo algunas pistas para que puedas identificar con cuál de estos estilos sueles resonar más:

  • Extrovertidos: se recargan con estímulo externo. Piensan en voz alta, disfrutan de la interacción y actúan con impulso.

  • Introvertidos: se recargan en la calma. Procesan internamente, observan antes de actuar y buscan profundidad.

Lo más importante y esencial es reconocer que la mayoría de las personas no somos completamente introvertidas o extrovertidas, sino que nos situamos en un espectro entre ambos extremos. Este equilibrio permite adaptar comportamientos según el contexto, combinando introspección con sociabilidad.

Diseñar desde el equilibrio: cómo aprovechar lo mejor de ambas energías

Cuando se trata de crear, colaborar o tomar decisiones, cada perfil aporta algo único.
La clave está en no forzar que todos trabajen igual, sino en generar las condiciones para que cada persona pueda desplegar lo mejor de sí.

¿Tienes personas más introvertidas en el equipo?
Dales tiempo para pensar antes de hablar, espacios para desarrollar ideas en solitario y formas de contribuir que no dependan exclusivamente de la exposición. 

¿Y los perfiles extrovertidos?
Actívalos en dinámicas donde puedan pensar en voz alta, nutrirse del intercambio y co-crear en grupo. Su energía suele desbloquear conversaciones y acelerar procesos. 

Ambos estilos son esenciales. La creatividad necesita tanto de quien prende la chispa, como de quien sostiene el fuego.

Por eso, diseñar desde el in-between es permitir que estos dos lenguajes convivan y se potencien.No se trata de forzar la homogeneidad, sino de facilitar la colaboración desde la diferencia.

Algunas ideas prácticas para crear culturas más inclusivas con ésta mirada:

Alterna momentos de intercambio grupal con espacios individuales de reflexión.

  • Da tiempo para prepararse antes de una reunión: no todo el mundo brilla en la improvisación.

  • Replantea tus métricas de participación: lo valioso no siempre es lo más visible.

  • Celebra distintas formas de contribuir: desde la energía, pero también desde la escucha o la estructura.

  • Cuestiona tus sesgos: ¿a quién das más espacio o autoridad en una conversación?, ¿por qué?

  • Usa herramientas como el test DISC para entender los estilos de tu equipo y diseñar desde lo complementario.

Cuando diseñamos culturas que reconocen y valoran estas diferencias, las personas se sienten más conectadas, más creativas y más libres para ser ellas mismas.

en resumen:

No hay una sola forma de liderar, de participar o de brillar.
Lo importante es que lo hagas desde tu energía auténtica, sin tener que forzarte a encajar en modelos que no van contigo.

Porque solo cuando trabajamos desde lo que somos —y no desde lo que se espera— es que podemos generar impacto real y construir algo que deje huella.

¿Y si no se tratara de ser más de esto o menos de lo otro… sino de encontrar el poder que hay en el equilibrio entre ambos? Bienvenido al In-Between.

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